El islandés moderno es un idioma flexivo en el que los sintagmas nominales constan de cuatro casos: nominativo, acusativo, dativo y genitivo.
La siguiente tabla muestra las formas habituales de sufijación del artículo definido: El siguiente ejemplo muestra tres sustantivos, uno para cada género, declinado en acusativo: El pronombre personal es tal como sigue: La tercera persona del plural tiene igualmente los tres géneros.
En este caso, como en todas las lenguas germánicas (con excepción del inglés moderno), el verbo tiene que ocupar obligatoriamente el segundo lugar: El islandés tiene un pronombre reflexivo cuyo funcionamiento se acerca mucho al pronombre reflexivo alemán sich.
Los pronombres posesivos para un solo poseedor son: Las tres columnas para cada persona representan masculino, femenino y neutro respectivamente.
El pronombre demostrativo islandés es el siguiente: Las tres columnas para cada persona representan masculino, femenino y neutro respectivamente.
Existe, también, una forma fosilizada, einugi, que es el caso dativo singular del género neutro.
Generalmente el orden de la frase es SVO (sujeto-verbo-objeto), pero la naturaleza flexible del islandés permite una gran libertad.
Esta es la metafonía (alemán: Umlaut) más antigua de cuantas hay, documentada en todas las lenguas germánicas, excepto en gótico.
Se manifiesta de dos maneras: Sin embargo el antedicho umlaut ya no es productivo.
No debe confundirse el umlaut-U con la diptongación, a pesar de que haya una similitud.
Históricamente, hubo cuatro formas adicionales de este umlaut, pero ya son productivas.
Por ejemplo, el verbo hafa ('haber'): En la conjugación en singular, el umlaut causa que la raíz a se torne e.
Si se observa el plural, la raíz permanece en a, con la notable excepción de ‘við’, resultado del umlaut-U (debido al sufijo -um).