Gorgias

Gorgias nació en la colonia jónico-calcídica de Leontinos, en Sicilia, en torno al año 480 a. C..

[2]​ Sin embargo, esto no está claro pues, según su discípulo Isócrates, ninguno de los sofistas "hizo una gran fortuna", sino que vivieron modestamente, "incluido Gorgias, que ganó más que ningún otro y estaba soltero y sin cargas familiares".

Los discursos que nos han sido conservados son: un Epitafio, un Olímpico, un Pítico, un Elogio de los eleáticos, todos ellos en fragmentos.

Del leontino no quedan textos ni fragmentos que "con certeza razonable puedan considerarse literales".

Cabe destacar que, a diferencia de lo que ocurre en el diálogo Protágoras (cuyo protagonista es el también sofista Protágoras), donde sus argumentos son presentados como notablemente hábiles afirmaciones, en el Gorgias de Platón, el sofista aparece sosteniendo unas tesis muy débil y fácilmente rebatible que le lleva a ser ridiculizado por Sócrates.

Sin embargo, hay investigaciones más recientes que vienen a situar a Gorgias y la Retórica como defensores de la democracia y enemigos de la violencia, ya que "el arte del discurso-razón [···] facilita la comunidad lingüística".

Esto supone, contra Platón, que no habría ningún modelo político ideal y que, por lo tanto, mediante la Retórica es posible cambiar democráticamente el tipo de orden político cuando la Retórica "está bien adaptada a la situación".

[4]​ Esta divergencia política con Platón explicaría los motivos por los que este censuraba a los sofistas.

[5]​ Recogió la temática de la filosofía eleática concluyendo que nada existe.

Se encuentran en una obra que se le atribuye, Sobre la Naturaleza o el No Ser (título que alude a la postura de la escuela eleática -por la cual se ve influido, pero a la que ataca- ya que el filósofo Meliso de Samos había escrito la obra Sobre la naturaleza o el Ser), tres célebres tesis: Las opiniones de Gorgias sobre el efecto del lenguaje en el oyente es un precedente a la poética aristotélica.

El también escéptico Sexto Empírico, quien conoció los escritos gorgianos, recoge la argumentación en su libro "Contra los matemáticos" de este modo:"Que nada existe es argumentado de este modo.

Por tanto, si lo que es, es eterno, tampoco su existencia es en absoluto.

Pues ambas alternativas se destruyen mutuamente, y, si lo que es, es eterno, no ha nacido y, si ha nacido, no es eterno.

Mas, en cualquiera de los supuestos no es uno, ya que si existe como cantidad discreta, podrá ser separado, y, si es continua, podrá ser dividido.

Y, por modo semejante, si es pensado como magnitud no deja de ser separable.

De esta manera señala que existe una división entre pensamiento y ser y, por tanto, si algo existiese, no podría ser pensado.

En palabras de Sexto Empírico:"A continuación debe demostrarse que, aun podría existir una oportunidad a cambio de perder muchas cosas, ésta es incognoscible e inconcebible para el hombre (...).

Lo que es inverosímil, pues, de hecho no es verdad que si uno piensa hombres voladores o carros que corren por el mar, por eso solo un hombre vuele o los carros corran sobre el mar.

Además, si lo pensado existe, lo no existente no podrá ser pensado, porque a los contrarios les corresponden atributos contrarios (...) por ello, si a lo existente le corresponde el ser pensado, a lo no existente le corresponderá el no ser pensado.

Mediante el lenguaje no transmitimos colores, sabores, tamaños, etc., sino solamente sonidos (es decir, no transmitimos las cosas en sí sino solo palabras).

Pues, tal como lo visible no puede transformarse en audible y viceversa, así el ser no puede transformarse en palabra nuestra, pues subsiste fuera de nosotros.

La palabra, en efecto se organiza por las impresiones de los objetos exteriores sobre nosotros, es decir, por las sensaciones, pues de la acción del sabor, surge en nosotros la palabra que expresa tal cualidad, y de la impresión del color, la palabra del color.

Porque si también subsiste la palabra, en tal caso, es cosa diversa de los otros subsistentes (de las cosas mismas), y sobre todo, difieren los cuerpos visibles de las palabras: pues lo visible se percibe con un órgano distinto al que percibe la palabra.

"La postura de Gorgias por la cual nada existe y si algo existiera, no podría ser conocido por el hombre; es un argumento débil, pues si no es posible el conocimiento verdadero por parte del hombre, tampoco es posible afirmar con certeza la veracidad de esta tesis.

Estas ideas van en la línea del futuro escepticismo, defendido por filósofos como Pirrón, Arcesilao y Carnéades.