Israel es una democracia parlamentaria formada por los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.
Sus instituciones son la presidencia, la Knéset (el parlamento unicameral), el gobierno (gabinete de ministros), el contralor del estado y el sistema judicial.
La población árabe, una importante minoría desde la fundación del Estado, goza de plena ciudadanía israelí desde 1952 y son electores y elegibles, aunque exentos del servicio militar obligatorio (salvo en el caso de los drusos).
Los derechos de familia son administrados por los distintos tribunales religiosos (judíos, sharia, drusos y cristianos), que tienen competencia exclusiva sobre los matrimonios y su anulación.
La Knéset está formada por 120 diputados elegidos por sufragio universal y proporcional cada cuatro años.