Sin embargo, la presión de diversos grupos religiosos impidió que se realizara el proyecto: muchos religiosos judíos se oponen a la Constitución porque piensan que la máxima ley nunca debe ser terrenal, pues las leyes básicas son la Torá, el Tanaj, el Talmud y el Shulján Aruj.
Desde entonces no se han retomado, y el Estado se rige por unas «leyes fundamentales» establecidas por dicho órgano legislativo que afectan a toda la estructura estatal.
Los capítulos serán presentados ante la Knéset a medida que la Comisión finalice su trabajo y todos los capítulos juntos serán compilados en una Constitución nacional».
De 1958 hasta 1992 se han establecido once leyes fundamentales.
Dos de las leyes promulgadas —Ley Fundamental: Libertad de ocupación y Ley Fundamental: Dignidad humana y libertad— protegen los derechos del individuo.