[7] Librepensadora, inteligente, culta, fumadora y amante del cuplé,[8] la prensa conservadora de la época la demonizaba sin que por ello ella modificara su conducta.[2] Sobre ella escribieron periodistas como Alberto Insúa, Colombine, Cansinos Asséns o Juan José Soiza.En una ocasión, al asistir al Teatro de la Zarzuela, el público presente (predominantemente masculino) entendió que Laguna, abiertamente lesbiana, y una de las actrices del elenco, la tiple Emérita Esparza, se estaban mandando "ciertos gestos".[3] Aunque Laguna y Esparza fueron denunciadas como responsables del incendio, fueron absueltas en el juicio posterior.[2] En 1907 formó parte de la candidatura al Congreso "Psicalípticas liberales", liderada por Pardo Bazán, como independiente.[7] Ante esta situación, el regalo fue aceptado, aunque no sería hasta quince años después que la virgen luciría el manto.Ingenio castizo, mito literario y lesbianismo chic, de Juan Carlos Usó.