[1] Roosevelt no fue herido, pero cinco personas más, incluyendo a Cermak, recibieron disparos.
Zangara, un albañil con poca educación, sufría un severo dolor en su abdomen, que los médicos le dijeron era crónico e incurable.
En 1926 fue sometido a una apendicectomía, que no sirvió de nada, o en todo caso empeoró su dolor.
Debido a sus condiciones físicas y mentales se le volvió cada vez más difícil trabajar.
Zangara se unió a la multitud armado con una pistola calibre 32 que había comprado en una casa de empeños.
[2] Después del primer disparo, la señora Cross, que sufrió quemaduras de pólvora en la mejilla derecha, y otros sujetaron su arma, y él realizó otros cuatro disparos sin apuntar.
Camino al hospital, Cermak le habría dicho a Roosevelt: "Me alegro de que haya sido yo y no tu, Sr.
Cuando era sacado de la corte, Zangara le dijo al juez: "Cuatro veces 20 es 80.
El juez, consciente de que Cermak podría no sobrevivir, contestó: "Quizá luego habrá más".
Otro argumento dice que Zangara había sido un tirador experto en el ejército italiano (aunque no con una pistola desde grandes distancias y obviando su mayor edad, problemas de salud, el tirar sobre una silla tambaleante debido a su baja estatura y su propia declaración sobre a quien quería disparar), y supuestamente acertaría a su objetivo, de esta forma, quizá, Cermak era la víctima deseada.
Apareciendo en varias canciones de la obra, tiene un solo en el número "How I Saved Roosevelt".
Pero la exitosa prevención del asesinato es rápidamente opacada cuando Zangara realiza el atentado.