[1] Normalmente, los prisioneros del corredor de la muerte suelen tener limitadas sus comunicaciones.
Sin embargo, desde 2000 la puesta en funcionamiento de la red social Write a Prisoner posibilitó que casi 300 reos con condenas a penas capitales[2] pudieran establecer contacto con el exterior.
[3] Los opositores a la pena de muerte denuncian que el aislamiento y la incertidumbre del prisionero sobre su destino constituyen una forma de crueldad y que, especialmente, el largo período en el corredor de la muerte lleva a los presidiarios a terminar mentalmente enfermos si ya no lo están.
[4] En algunos países del Caribe que autorizan las ejecuciones el Judicial Committee of the Privy Council es la última corte de apelaciones.
Esto ha sostenido apelaciones por presos que pasaron varios años con sentencia de muerte, estableciendo que ese tribunal no desea ver el fenómeno del corredor de la muerte emerger en países bajo su jurisdicción.