Última comida
Varios países tienen tradiciones sobre este tema: "un pequeño vaso de ron", pero sin comida formal, por ejemplo, era lo que se ofrecía históricamente en Francia, minutos antes de la ejecución, pero no una comida, puesto que el condenado se enteraba de la sentencia minutos antes de su muerte.En algunos estados existen restricciones rígidas: en Florida, la comida debe ser local y con un coste inferior a 40$,[4] en Oklahoma, el coste se limita a tan solo 15$.En Luisiana, el guardia de la prisión se une a la comida, dándose la ocasión en la que éste pagó de su bolsillo una comida con langosta para compartir con el reo.Sin embargo, en septiembre de 2011, el estado de Texas abolió todas las solicitudes de comidas especiales después de que el prisionero condenado Lawrence Russell Brewer solicitara una última comida grande y costosa, pero no comió nada, afirmando que no tenía hambre.Después de que Texas abolió las solicitudes de última comida en 2011, a todos los presos condenados a muerte en Texas se les ha servido comida regular de prisión.