Giuseppe Di Stefano

Su voz, de gran belleza, podía realizar «diminuendos» desde un agudo fuerte a un hilo cálido de voz tan único que llamó la atención inmediata del público que lo convertiría en una leyenda.

Uno de los fenómenos más marcados e interesantes en relación con Di Stefano es la incomprensión de su inigualable capacidad técnica, lo que ha llevado tanto a críticos como a detractores y aun seguidores a decir que no poseía técnica o una «buena técnica», cuando al menos por quince o veinte años de carrera exhibió una grandeza técnica inalcanzable e insuperable al día de hoy, sobre todo en el repertorio belcantista y lírico, pero también abordando cierto repertorio verista.

Sus recordadas actuaciones en La Scala, Covent Garden, Deutsche Oper Berlin, Teatro Colón, Metropolitan Opera, Wiener Staatsoper junto a figuras como Birgit Nilsson, Zinka Milanov, Leontyne Price, Antonietta Stella, Renata Tebaldi, Régine Crespin, Leyla Gencer sin contar con su más célebre acompañante, la soprano Maria Callas a quien acompañó en su reaparición después de casi diez años de silencio en un único y último tour en 1973.

Sus últimas apariciones en público tuvieron lugar a mediados de los años noventa.

Después de Mombasa donde la agresión sucedió, su esposa Mónica Curth hizo que un avión lo llevara a Milán, ahí se sintió mejor, habló con sus médicos, por cuatro días estuvo bien, luego entró en un coma profundo hasta su muerte en 2008.

Giuseppe Di Stefano en 1983