En la agricultura, se necesita cierta cantidad de gestión del suelo, tanto en tipos no orgánicos como orgánicos, para evitar que las tierras agrícolas se vuelvan poco productivas durante décadas.
La agricultura orgánica en particular enfatiza el manejo óptimo del suelo, porque utiliza la salud del suelo como la fuente exclusiva o casi exclusiva de su fertilización y control de plagas.
La gestión del suelo es una herramienta importante para abordar el cambio climático al aumentar el carbono del suelo y también para abordar otros problemas ambientales importantes asociados con prácticas agrícolas industriales modernas.
[7] Las prácticas agrícolas que secuestran carbono pueden ayudar a mitigar el cambio climático.
[14] La agricultura orgánica incorpora la mayoría de estas prácticas y enfatiza el manejo biológico, no sintético.