El mantillo, acolchado o mulching es el término utilizado en jardinería y agricultura para referirse a la capa de material aplicada sobre la superficie del suelo, principalmente para modificar los efectos del clima local.
Se puede aplicar al suelo desnudo, o alrededor de las plantas existentes.
Su uso tiene en cuenta la disponibilidad, el costo, la apariencia, el efecto que tiene sobre el suelo (incluyendo reacciones químicas y el pH), la duración, la combustibilidad, el índice de descomposición y lo limpio que esté, si contienen semillas de otras plantas o agentes patógenos, etc.[1] Los mantillos orgánicos se deterioran con el tiempo y son temporales.
[2] porque las bacterias y hongos que descomponen los materiales remueven el nitrógeno del suelo cercano para crecer.
A veces, se mezcla con agujas de pino para producir un mantillo que friable.
Sirve inicialmente para calentar el suelo, ayudando a mantener el calor que se pierde durante la noche.
A medida que avanza la estación, el mantillo estabiliza la temperatura del suelo y la humedad, la luz solar no penetra y evita la germinación de semillas de malas hierbas.
En los huertos familiares y las operaciones agrícolas más pequeñas, mantillo orgánico se propaga normalmente con la mano alrededor de las plantas emergidas.