No debe considerarse a Gesaleico como usurpador ya que entonces la monarquía no era hereditaria y según expone Ramón Menéndez Pidal, las discrepancias interiores debieron contribuir en la derrota del campo Vogladense diese por resultado la pérdida de toda la Galia, salvo la pequeña región de la Septimania y la Provenza.
Perdida la capital, tal como nos dice San Isidoro, con gran vergüenza para Gesaleico y gran matanza de sus hombres, el rey visigodo se trasladó a Barcelona donde establece la capital eventual de su reino.
[3] Teodorico otorga el mando del ejército ostrogodo al duque Ibba, católico, quien consigue liberar Arlés.
La distribución de tierras se realiza conforme a lo establecido por el Imperio Romano cuando los visigodos eran hospitalitas: Los consors o división en tres del terreno.
[6] En este contexto podemos situar el asesinato del conde llamado Veila en Barcelona, de que nos da noticia la Chronica Caesaraugustana en el año 510.
Regresa a Hispania el año 511 y según San Isidoro pretendió el gobierno de Aquitania, donde permaneció oculto durante un año no completo intentando con el eventual apoyo de Clodoveo I, recuperar su trono.
San Isidoro le dedica un triste epitafio: sicque prius honorem, postea vitam amisit, "perdió primero el honor y después la vida".