El punto culminante es el monte Pidurutalagala, de 2.524 m. Los principales recursos naturales son la caliza, el grafito, las arenas minerales, piedras preciosas, fosfatos, arcilla y energía hidroeléctrica.
En Sri Lanka se distinguen tres zonas geográficas principales: las montañas centrales, las llanuras y el cinturón costero.
La amplia erosión en esta área ha reducido las sierras y depositado suelos ricos para la agricultura en las zonas bajas.
Al sudeste, un suelo rojo y laterítico cubre el territorio, que es adornado con monolíticas colinas.
En la península de Jaffna, la caliza expuesta a las olas forma bajos acantilados en algunos lugares.
Los ríos de Sri Lanka fluyen desde la meseta central en forma radial hacia el mar.
El más largo es el Mahaweli Ganga, que tiene unos 300 km, nace en el Parque Nacional Horton Plains y cubre un quinto del país para desembocar en Trincomalee, donde forma uno de los puertos más bellos del mundo.
En las tierras altas, los cursos de los ríos se ven alterados por las discontinuidades del terreno, y donde encuentran escarpes se forman cascadas y rápidos que dan lugar a gargantas.
Sri Lanka no experimentó terremotos ni actividad volcánica al encontrarse en el centro de la placa índica.
En la segunda, de octubre a noviembre, entre monzones, a veces se producen turbonadas o llegan ciclones y llueve en el sudoeste, nordeste y las partes orientales de la isla.
En el cuarto periodo se produce otro episodio intermonzónico entre marzo y mediados de mayo.
En Mannar, más al sur, caen 960 mm, con lluvias menos intensas entre octubre y diciembre.
En la costa oriental, el monzón del nordeste afecta de octubre a diciembre.
[6] Los ciclones suelen pasar más al norte, entre India y el golfo de Bengala.
Las montañas y la parte sudoeste del país, conocidas como la 'zona húmeda' reciben más de 2.500 mm.
En estas zonas, el grueso de la lluvia cae entre octubre y enero, y durante el resto del año apenas llueve, por lo que los seres vivos deben adaptarse a la retención de agua.
La vegetación natural de la zona seca está adaptada a los contrastes anuales entre sequía e inundación.
La cobertura típica es el bosque de matorral, intercalado con arbustos y cactus en las áreas más secas.
Se han desarrollado varias adaptaciones a la sequedad; los árboles tienen la corteza gruesa, muchos tienen hojas pequeñas y algunos las dejan caer en periodo seco.
Asimismo, las ramas altas de los árboles más grandes se entrelazan, formando una cobertura contra el calor y los vientos secos.
Entre los árboles de la zona seca hay valiosas especies como la buruta, el ébano, las Casuarináceas y la caoba.
En otros tiempos, cuando los agricultores tenían acceso al bosque que separaba los cultivos se utilizaba la roza y quema.
Hasta el siglo XIII, se mantuvieron principalmente en las llanuras septentrionales, en torno a Anuradhapura, y después Polonnaruwa, las antiguas capitales de Sri Lanka, pero más tarde se desplazaron hacia el sudoeste.
La península de Jaffna, aunque es una zona seca, está entonces densamente poblada y cultivada.
La mayor parte de la gente está en el sudoeste, y los pueblos están arracimados en torno a pequeñas áreas sin cultivar.
Entre el siglo XVI y durante el dominio del Imperio británico, las plantaciones comerciales acabaron por dominar gran parte de los cultivos de las tierras altas, reduciendo la cobertura natural del bosque, sustituido por cultivos como el caucho, el té o la canela.
En los años 20, la isla tenía una cobertura forestal del 49 %, pero en 2005 el porcentaje había bajado al 26 %.