La leche y sus derivados se utilizan no solo como bebida sino también en numerosas recetas.
En la cocina tradicional se usaban nabos y otros tubérculos europeos, que siguen consumiéndose, pero, al igual que en otros países europeos, la patata se convirtió en el alimento básico preferido tras su introducción a partir del siglo XVI.
Tradicionalmente no había disponible muchas especias salvo la sal y hierbas frescas como eneldo eran limitadas a los meses de verano.
La internacionalización ha introducido productos importados como pasta, pizza, kebab y hamburguesa que sustituyen los platos tradicionales del día a día como el potaje de col y filetes de arenque báltico.
A pesar de la agricultura moderna y el transporte, la comida es cara comparada con los otros países europeos.
La ganadería del reno es tradicional en la región de Laponia y su carne se consume en todo el país.
Las principales capturas son el salmón, la farra, la lucioperca, el lucio, la perca, el corégono blanco, y el arenque báltico; también se encuentran el tímalo, la lota, la brema, el gobio o el salvelino.
Se consume el pescado frito, hervido, secado, en salazón, fermentado, ahumado en frío o laminado en crudo, y un ejemplo es el salmón, que es muy popular.
Un plato popular, especialmente entre los sueco-hablantes de la costa, es el arenque ahumado (savusilli en finés, böckling en sueco).
Las bayas salvajes árticas destacan en la cocina finlandesa con su sabor fuerte y su alto contenido en nutrientes.
A pesar de ser ilegal, hay gente que destila pontikka (moonshine finés).