Otro factor destacable es que son los únicos tres acordes mayores que genera la escala mayor, en la que el acorde de tónica representa el centro de la tonalidad, y tanto la dominante como la subdominante dan la impresión de un balanceo respecto a aquel, como dos pesos equidistantes a cada lado del fulcro,[1] en la más absoluta oposición y relación “áurea”.Además, entre los tres contienen todas las notas de la escala, estableciendo claramente así el ámbito tonal.[2] Solo las armonías de dominante y subdominante pueden alternar directamente con la tónica creando entre estos acordes un efecto mutuo.[3] Si pudiésemos nombrar a alguien como el precursor de aquello que llamamos armonía funcional, sería Rameau.Es necesario conocer los procesos históricos y el desarrollo de la música para entender su evolución.Como en casi todas las disciplinas artísticas, la teoría es la consecuencia de la práctica y la historia se va escribiendo tras ella.Esto no ocurre con la instrucción teórica usual, como es dado en la mayoría de las escuelas.[6] Los procesos cadenciales derivan de los cantos litúrgicos, que estaban basados en los modos eclesiásticos.Para determinar claramente la tonalidad en estos ejemplos, indefectiblemente será necesario que aparezcan las notas fa y si.[3][2] En consecuencia, la cadencia queda completa funcionalmente hablando: subdominante - dominante - tónica (grados IV-V-I).En la tonalidad menor, cuando se encuentra un tono por debajo recibe el nombre de «subtónica».[2] Según algunos teóricos, estos acordes pueden interpretarse como representantes temporales de las funciones principales.Según este criterio, la función la determina la similitud existente entre ellos, es decir la cantidad de notas que comparten con los grados tonales.Aun así hay diferentes posturas sobre las funciones que cumplen estos grados secundarios.Los grados se enumeran conservando las relaciones interválicas con la tónica, para diferencia de su homónimo modo mayor.Mientras que la escala mayor mantuvo su identidad estructural, para la tonalidad menor se necesitaron serias transformaciones en su escala básica, para adaptarse así a las querencias polifónicas europeas, al estar en dependencia con el modelo de relaciones armónicas de la tonalidad mayor.Esta escala contiene ese séptimo grado elevado (sensible ascendente), necesario para los propósitos tonales.Se genera así otra serie de notas, llamada escala menor melódica.Siguiendo el criterio de Riemann y sus seguidores, los acordes que comparten dos notas en común tendrán en consecuencia funciones similares: Para Riemann, los acordes paralelos, a la inversa que en el modo mayor, son los superiores (bVI, bIII y bVII).Tal y como sucede en la tonalidad mayor, varios acordes parecen tener doble función, aunque también hay diferentes opiniones al respecto.Con el agregado de la sexta y la séptima elevadas, se producen nuevos acordes que deben reinterpretarse.Para resolver adecuadamente las disonancias y contemplar así el diseño tonal menor compositivo, propone una serie de normas para esos “sonidos obligados”.Basado en el recurso estilístico empleado en el Barroco y llamado «bajo continuo» o, simplemente, «continuo», consiste en una línea de bajos con números y símbolos agregados que indican las armonías requeridas.Aunque es difícil encontrar una universalidad de acuerdos, históricamente se han distinguido dos posturas diferenciadas dentro del análisis musical: Impulsado por Riemann y desarrollado consecuentemente por Wilhelm Maler, este sistema utiliza las letras T, D y S para representar las funciones.Otros autores proponen sustituir esas letras por sus grados correspondientes (TIII, TVI, SII, etc.)[17].Otro sistema, desarrollado por Gottfried Weber, propone utilizar los números romanos para designar los grados, entendiendo así su situación armónica, su estructura y por tanto su función.Weber sostiene que, aunque a priori no se refleja la función en forma explícita, es mejor indicar la posición relativa de los acordes dentro de la tonalidad que señalar solo la función e ignorar el grado.Para ello se utilizan los números – arábigos – que nos indican las relaciones interválicas de las notas del acorde.
Acordes de I, IV y V grados. Ejemplo en Do Mayor
Relación entre los Grados I, IV y V. Ejemplo en Do Mayor
Movimiento del bajo por quinta descendente en la Cadencia. ejemplo en Do Mayor
Ejemplo de progresión de acordes sin definición de tonalidad ¿Do mayor o Sol mayor?
Ejemplo de progresión de acordes sin definir la tonalidad: ¿Do mayor o Fa mayor?
Relaciones entre los grados primarios con sus secundarios. Ejemplo en Do mayor
Grados de la escala menor natural. Ejemplo en La menor
Relaciones de los grados primarios en la escala menor natural. Ejemplo en La menor