De este modo quedó abandonada hasta 1547 en que Antequera decide crear un arrabal para alojar a los enfermos renales, que en gran número se trasladaban a tomar aguas de su fuente.La importancia de estas aguas contribuyó a un apogeo comercial de la zona, ya que se llegaban a exportar al Nuevo Mundo y al reino de Nápoles.El siglo XVIII y hasta principios del siglo XIX fueron de crisis, ya que las continuas sequías de la Laguna Salada favorecieron la expansión de epidemias que causaron estragos en la población y mala fama del lugar.Desde 1983 se intentó recuperar, consiguiéndose años más tarde, pasando a constituir el símbolo del municipio.Desde el siglo XIX se conservó en Fuente de Piedra lo que se pensaba era el cuerpo del papa san Clemente de Roma, martirizado en el año 101 en tiempos del emperador Trajano.En realidad no era todo el cuerpo, sino una parte importante de las reliquias del Santo, junto con un vaso con su sangre, pero que al estar recubiertas por una figura de cera policromada que representaba al mártir y revestida ésta con ropas pontificales, se creyó que era el cuerpo entero.Con todo, se conservan las bulas de Roma que autentifican las reliquias y otros grabados relacionados con ellas, por ser propiedad del Marquesado y estar guardados estos documentos en el archivo familiar.Entre sus platos más típicos figuran el gazpacho (muy saboreado en verano), la porra antequerana y las migas.