Posteriormente es planteada su existencia en otra obra literaria, el poema Arauco Domado de Pedro de Oña en 1596.
Fresia también fue denominada Güeden o Paca por otros autores.
[1] Uno de sus hijos fue Lemucaguin, también llamado Caupolicán el Joven.
Al verlo así, derrotado, siendo conducido por un piquete al fuerte de Tucapel, Fresia, presa de la ira, le habría enrostrado el haberse dejado capturar vivo, le habría arañado el rostro dando alaridos de rabia y, finalmente, en un ataque de furia, habría arrojado el hijo de un año de ambos: Ningún cronista de la época, al referir la derrota y captura de Caupolicán, relata estos hechos, lo que reafirmaría la sospecha de que la mapuche Fresia sólo se deba al ingenio y la pluma de Ercilla.
La historia será repetida en la obra dramática de Lope de Vega, hecha en base al poema Arauco Domado de Pedro de Oña, donde Fresia exclama en la misma situación: A pesar de que su existencia sea puesta en duda y de que, probablemente, se trate de un personaje de una obra literaria, Fresia se ha convertido en parte de los elementos que constituyen, a la vez, las identidades mapuche y chilena.