En los primeros diseños las zapatas eran dirigidas mecánicamente; a mediados de los años 1930 se introdujo un sistema hidráulico que usaba un aceite especial, aunque el sistema clásico se siguió utilizando durante décadas en algunos modelos.
El borde del revestimiento por lo general tiene tres cortes o muescas en forma de "V" llamados plumínes.
Los plumínes descansan contra las almohadillas de soporte del plato posterior en el cual las zapatas están instaladas.
Muy a menudo, las dos zapatas son intercambiables, así que una inspección detallada ante cualquier variación es importante.
También tener un alto coeficiente de fricción que no se afecte por fluctuaciones en temperatura y humedad.
En el momento en que se acciona el freno, unas zapatas son presionadas contra el tambor generando fricción para detener el vehículo.
En esos casos, el tambor se deforma por lo que es necesario presionar con más fuerza para obtener una frenada aceptable.