Continuaron poblándola a pesar de la batalla con los españoles en 1629, año en que también algunos colonizaron un tercio de la isla de Santa Cruz —dividida entre ingleses y neerlandeses en 1625, luego quedó dividida entre tres y finalmente los ingleses los expulsaron a los otros dos hacia 1645— y otros devinieron en bucaneros.
[5] Por el mismo tratado los franceses habían perdido las tres provincias norteamericanas de Nueva Francia a favor de los británicos y en donde pasarían a circular los chelines coloniales «voce-populi»[6] y las escasas libras esterlinas.
[7] A favor de los españoles había sido la Luisiana en donde circularon los reales del Virreinato de Nueva España, que extraoficialmente también se usaban en todas las colonias europeas.
[8] En Martinica siguieron circularon las monedas de la libra franco-americana que se utilizaron hasta 1794,[1] por ser proclamada la Primera República francesa[9] que comenzaría a mandar las monedas del nuevo franco, distribuyéndolas por todas las colonias americanas, suplantando a las del Antiguo Régimen, hasta que debido a la propagación de las guerras revolucionarias francesas, comenzarían a escasear.
[12] Los francos coloniales circularon hasta 1848, cuando volvieron a usarse los francos franceses en Martinica hasta que en 1855 se comenzaría a emitir papel moneda propia del franco martinicano, mientras se seguían usando las monedas francesas hasta 1897, cuando Martinica comenzó a acuñar moneda propia.
Estos billetes poseían el mismo diseño que los emitidos para Guayana francesa y Guadalupe.