Desde su adolescencia, Medina se dedicó al estudio de las letras leyendo libros en romance y otras lenguas.
Entretanto, en 1564 hizo un viaje a Italia donde frecuentó las academias de Roma.
A este grupo se puede añadir unos cuantos visitantes o forasteros de paso.
A mediados del siglo XIX se dijo que Francisco de Medina también colaboró con José Sancho de Rayón en el manuscrito de un poema en noventa y tres octavas, titulado “Elogios á María Santíssima”.
[4] No obstante, esta información de La Barrera necesita verificarse.