[1] Por otro lado, Gil González Dávila comenta que ella también se encargó de enseñar, a Francisco y sus otros hijos, lenguas clásicas, filosofía y retórica.
Al quedar vacante una canonjía magistral en la catedral de Valladolid, Sobrino opositó y la obtuvo.
Por otro lado, en materia educativa, obtuvo una cátedra en escritura sagrada en la Universidad de Valladolid.
[4][2][5] El 1616, Felipe III decide presentarlo al obispado de Valladolid.
[6] Al llegar a Madrid el 7 de enero de 1618 cayó enfermo, y aquella misma noche recibió la extrema unción e hizo testamento.