[4] Realizó sus estudios primarios en su localidad natal, La Ñora, en una escuela ubicada en un barracón que había servido como destacamento de aviación durante la Guerra Civil.
En ese centro de estudios defendió su tesis doctoral, que llevó por título Los viajes imaginarios en el siglo XVIII inglés y su fondo cultural.
El trabajo de investigación lo realizó entre 1964 y 1968 en la Reading Room del Museo Británico, luego convertida en la British Library.
[9] Es, sin embargo, en su faceta puramente docente, «donde su legado es realmente impresionante, en especial por su trabajo con postgraduados y estudiantes de doctorado».
[11] García Tortosa, por último, «fue el primero en observar la importancia de la crítica genética aplicada a la traducción.
Quizá por ello sea esta una traducción que sirva de referencia durante mucho tiempo».
[16] Sobre su labor de traductor de Joyce: «Traducir Ulises representa una auténtica odisea, no sólo hay que solventar los problemas que se vienen presentando, sino que, además, al traductor se le exigen conocimientos enciclopédicos y el dominio de vocabulario en las más diferentes facetas del arte, el saber y las ciencias aplicadas.
[...] Para que una traducción no traicione el original, entre cosas y hasta donde es posible, no ha de ser explicativa, debe conservar la ambigüedad y los pasajes oscuros tal como los encuentra en el texto de partida.