Nació en la familia Créquy, una familia de la nobleza francesa que se remontaba al siglo X por la rama Créquy y al siglo XIII por la rama Blanchefort, heredera de una gran tradición militar.
Fue considerado como uno de los más brillantes jóvenes oficiales, y ganó los favores del rey Luis XIV por su fidelidad hacia la Corte durante la segunda Fronda (1652-1653).
Sin embargo, no quiso servir bajo las órdenes de Turenne, que acababa de ser nombrado por Luis XIV mariscal general, y se exilia.
En septiembre de 1675, se deja encerrar en Tréveris dónde fue tomado prisionero.
Fue inhumado en la iglesia de los Jacobinos, en la calle Saint-Honoré de París, en una capilla edificada por su viuda, donde estuvo colocada su tumba diseñada por Le brun y realizada (hacia 1690) por Coysevox, Joly y Coustou.