Actualmente, en su ubicación se encuentra la Place du Marché-Saint-Honoré (Plaza del Mercado San Honorato).
Los edificios se extendían entre la calle de la Sourdière y la plaza Vendôme.
[9] También se conservaba una silla que supuestamente había pertenecido a Santo Tomás de Aquino.
El convento poseía un gabinete muy curioso de historia natural, en el que se exhibían los remedios del padre Labat.
A los bretones se unieron hombres íntegros, preocupados por ser eficaces en su conducta política, y que deseaban ponerse de acuerdo antes de afrontar la Asamblea Nacional, votar o sancionar las elecciones.
A su alrededor se formó rápidamente un grupo, atraído por el ejemplo de buen uso democrático del poder.
También se convierte en un trampolín perfecto para lanzar ideas, caldear las opiniones y preparar las negociaciones más difíciles con el resto de la Asamblea.