Su tío, el entonces duque Enrique II el Bueno no tenía un hijo varón que lo pudiera suceder.
Pero esta injusticia no es corroborada por la Iglesia y Carlos IV permaneció casado con Nicole.
Aunque cediendo al rey francés las villas de Héming, Réding, Sarreburgo y Sierck-les-Bains.
En el verano de 1670, sus posesiones fueron ocupadas nuevamente por los franceses, al negarse a disolver su ejército.
Carlos, exiliado, sirvió en los ejércitos imperiales tanto en la Guerra de los Treinta Años como en la guerra franco-holandesa, y murió al servicio de Austria, siendo sucedido por su sobrino Carlos V.