[1] Los estilistas disponían los alimentos de manera que al observarlos desde arriba se los viera apetitosos y atractivos, con los elementos dispuestos en una placa plana y claramente separadas unos de otros.
[2] Posteriormente, se pusieron de moda la iluminación romántica, ángulos menos profundos y más ambientación,[1] donde los casos extremos de estas técnicas se denominaron "pornografía culinaria".
Más recientemente, la tendencia predominante en la fotografía comercial de alimentos occidental es presentar los alimentos de manera tan simple, limpia y natural como sea posible y con pocos elementos adicionales, a menudo utilizando efectos tales como foco selectivo, placas inclinadas, y aproximaciones extremas.
Los estilistas de alimentos tienen formación culinaria, algunos son chefs profesionales o tienen preparación como ecónomos domésticos.
[3] Como profesionales creativos, se imaginan la fotografía final y disponen los alimentos en consecuencia.
[7] La luz, el fondo y el entorno se prepara cuidadosamente para presentar los alimentos de la manera más atractiva posible sin distraer la atención del tema principal.
[8] Los alimentos utilizados suelen ser marcados como no comestibles y se desechan después de la sesión fotográfica, ya que pueden haber sido manipulados o tratados de manera que los hagan no aptos para el consumo.