Fornost está situada a los pies de las Quebradas del Norte, en su parte más meridional.
Más que una fortaleza es una ciudad amurallada y fuertemente defendida.
Eärendur, último rey de Arnor, muere en el año 861 de la Tercera Edad, y sus hijos se disputan el reino, que acaba dividido en tres.
Fue atacada por las fuerzas de Angmar en la Batalla de Fornost y su último rey, Arvedui, se vio obligado a huir hacia el norte, dejándola abandonada.
En la época de la Guerra del Anillo sus ruinas eran temidas por los Hombres, pues la conocían como «los muros de los muertos» debido a que se creía que era un lugar poblado por fantasmas.