Sin embargo, la terapéutica más específica es la aplicación de antídotos que inhiban o saturen la ADH.
El tratamiento con Fomepizol no debe ser sustitutivo de la terapia estándar y aunque puede utilizarse solo o en combinación, esta debe ser acompañada con hemodiálisis (que retire los metabolitos tóxicos de la vía sistémica evitando así daño renal.
[5] Se prefiere además el uso de este fármaco frente al tratamiento con etanol, ya que la intoxicación puede estar asociada a un consumo de otros depresores del SNC, lo que podría agravar los efectos tóxicos a ese nivel.
Los demás efectos adversos descritos se han dado en menos de un 3% y son muy variados.
No se han realizado estudios a largo plazo en animales para evaluar el potencial carcinogénico del fomepizol.
No hay suficientes evidencias científicas para comparar fomepizol y etanol en términos de eficacia, seguridad o coste-efectivos.