Focio

Se dedicó en un principio a la docencia y luego pasó a la Corte; durante el reinado del emperador Miguel III, fue presidente de la Cancillería imperial y realizó delicadas misiones diplomáticas, como por ejemplo la embajada ante el califa de Bagdad.Tras la deposición de Ignacio de Constantinopla (santo tanto en la Iglesia ortodoxa como en Iglesia católica), el emperador Miguel III (motivado por el sínodo griego), promovió a Focio al trono patriarcal de Constantinopla, (pasando por todos los grados del sacramento del orden —diácono, presbítero y obispo— en seis días) en el año 858.La muerte del patriarca Ignacio, en el año 877, motivó la reelección de Focio como patriarca (habiendo este primero abogado a favor de su reposición), obteniendo el reconocimiento formal del papa Juan VIII.En este segundo período patriarcal, Focio tuvo preocupaciones apostólicas y pastorales, enviando en calidad de misioneros a los santos Cirilo y Metodio a evangelizar Europa del Este (especialmente Bulgaria).Tras subir al trono imperial bizantino León VI el Sabio, Focio fue depuesto y tuvo que exiliarse a Armenia, donde murió.