Pedro comenzó a mostrar un interés real en esta región, que tenía notable potencial.
El obstáculo para la dominación rusa en el Caspio, sin embargo, era Persia, que en ese momento era lo suficientemente fuerte como para frustrar los planes de Pedro.
El tratado declaraba que sólo los rusos tenían el derecho de mantener una Armada en el Mar Caspio.
En 1920, se estableció la Flota del Caspio, con tres cruceros auxiliares, 10 torpederos y 4 submarinos entre otros pertrechos.
Tras la guerra, la armada soviética utilizaba el mar Caspio para llevar a cabo pruebas de misiles.