[1] Al igual que un vaso de precipitados, su fondo es plano, con las paredes laterales verticales en su parte media e inferior, formando un ángulo de 90 grados con el fondo.
Estas paredes laterales forman un cuello en su parte superior, similar al de un erlenmeyer, con un borde muy acampanado.
El ancho borde hace que sea más fácil verter líquidos o filtrarlos en su interior.
El estrecho cuello reduce la pérdida del contenido por evaporación o debido a las salpicaduras y sirve de sujeción para la manipulación y el vaciado.
Este cuello dificulta su limpieza si algún sólido o líquido pegajoso se deposita en las paredes, sobre todo en las cercanías del estrechamiento superior.