[4] Algunos expertos no descartan la posibilidad de una ceremonia de traslado solemne aunque no tan arriesgada en sus condiciones como la narrada por la leyenda popular, que hoy en día se conoce que es obra del notario del siglo XVIII José Llorens Clavell,[3] y que posteriormente durante el romanticismo sería perfeccionada por Arcadio Llistar Escrig.
Su muerte fue muy sentida por la población castellonense, que acudió en romería para celebrar su última despedida.
A la vuelta empezó a llover fuertemente, lo que les recordó a la leyenda del traslado y decidieron construir una nueva ermita en honor de la santa y celebrar rogativas en los tiempos de sequía y necesidades, marcadas por un fuerte sentido religioso en pleno tiempo cuaresmal.
Sin embargo, parece que al menos en 1943 se celebraron algunos actos festivos organizados por la Falange.
Cuando la discusión llegó a la ciudadanía y las tesis más falleras se imponían entre la sociedad, el vocal de la junta Antonio Pascual Felip zanjó la discusión con la mejor definición de monumento gaiatero dada en Valenciano: Todos los vocales aplaudieron la tesis de Felip y se zanjó la discusión.
La primera gaiata tal y como la entendemos actualmente desfiló por primera vez en 1947 obra del escultor Tomás Colón, acompañando a su comisión en el Desfile de Gaiatas.
Para conmemorarlo el Ayuntamiento pretendió oficializar la Bandera de la ciudad diseñada en los tiempos de la República, pero el gobierno franquista no lo permitió al contener las Barras de Aragón, por aquel entonces un símbolo prohibido, sin embargo se permitió el uso del color verde de la bandera, así se creó un estrecho pendón verde del que colgaban borlas amarillas y rojas que se exhibió en la cabalgata del Pregón y las cintitas verdes que son el símbolo más popular de la fiesta en la actualidad.
La institucionalización del domingo como día dedicado al Señor hizo que la romería fue trasladada al domingo en 1793 por orden del Obispo de Tortosa Antonio José Salinas Moreno,[9] lo que dio pie a alargar la fiesta en dos días más.
Así, las próximas celebraciones tendrán lugar en las siguientes fechas: El resto de fechas en las que se han celebrado las fiestas se pueden consultar en la página web del Ayuntamiento.
La singularidad de este día, solo se dará una vez, en todo el siglo XXI.
[20] Los principales colectivos festeros, económicos, políticos y religiosos valoraron positivamente la intención del sumo pontífice e indicaron que lo ideal sería que el Domingo de Resurrección fuera siempre el tercer domingo del mes de abril, lo que permitiría mantener la tradición de la Cuaresma sin coincidir con las fiestas josefinas, al celebrarse las fiestas castellonenses a finales de marzo, y con una mejor climatología.
Las gaiatas y collas también participan de otras fiestas celebradas en la ciudad.
Aunque oficialmente las fiestas no se inician hasta que el pregoner canta el Pregón ante la tribuna de autoridades, cosa que suele pasar justo al caer la noche, los actos se inician varias horas antes, concretamente a las 11 de la mañana, hora en la que el Ayuntamiento celebra una recepción para todas las autoridades invitadas en el Salón de Plenos del Palacio Municipal.
[22] Posteriormente se dirigen en desfile a la plaza del Primer Molí donde a las 12 del mediodía se realiza el Anuncio Oficial de Fiestas consistente en tirar una salva pirotécnica por cada año que se celebran las fiestas desde 1945, una mascletá a cargo de la empresa pirotécnica ganadora del concurso celebrado el año anterior y la imposición del pañuelo verde festero a la estatua de Tombatossals.
[22] A las 16 tiene su inicio en la calle San Roque el acto más importante del día, la Cavalcada del Pregó, manifestación popular y etnológica donde se resalta la mitología, historia, costumbres y folclore de la ciudad y su provincia recorriendo el centro de la ciudad hasta finalizar en la avenida del Rey.
La cabalgata se estructura en varios segmentos que pretenden poner orden a todos los elementos presentes en el desfile.
A la parte histórica le sucede la parte que representa a los pueblos de la provincia, en la que la gran mayoría de municipios acuden a la capital para presentar su folclore y sus fiestas populares en la parte más larga y numerosa de cuantas se suceden en el desfile.
La procesión finaliza en la plaza del Primer Molí, donde tradicionalmente se acababa el casco urbano de Castellón y empezaban los caminos rurales que conducen a la ermita de la Magdalena.
La tradición marca que una vez se llegue al monte de la Magdalena se debe visitar la ermita y cantar los Gozos, subir a la torre de la ermita a tocar la campana, la cual nunca debe dejar de sonar si no se quiere que la mala suerte aceche la ciudad durante el año siguiente, visitar las ruinas de Castell Vell y observar la denominada Sang dels Moros, supuestos restos de sangre dejados por musulmanes en una roca tras una revuelta contra los cristianos habitantes del Castillo.
A la Magdalena también se puede acceder por otros medios de transporte, a los tradicionales caballos se han sumado los motocarros o carromatos, furgonetas u otros vehículos modificados por las collas para representar elementos típicos de la ciudad, como las ermitas del término, alquerías típicas de la marjal o la Panderola.
Tanto desfile como procesión finalizan tradicionalmente su recorrido en la Concatedral, aunque en los últimos años se desvía su camino para hacerlo coincidir con el recorrido oficial del desfile posterior, por lo que finalizan en la avenida del Rey, además raros años el Ayuntamiento prosigue la marcha y no finaliza en la tribuna desde donde presidirán el desfile de gaiatas.
Para este acto las gaiatas suelen invitar a comisiones festeras de otras ciudades, normalmente pueblos de la provincia, Valencia y su provincia, Alicante, Murcia o incluso Albacete o Zaragoza.
Durante todo el desfile son frecuentes los llamamientos del público a damas y madrinas para que efectúen la conocida como volteta es decir, dar una vuelta apoyadas en su caña para mostrar a los demandantes su traje de castellonera.
El trayecto es el siguiente: plaza Mayor, calle Mayor, plaza Maria Agustina, avenida de la Mare de Deu del Lledó, donde finalmente encontramos la Basílica.
Al finalizar la traca, en la plaza Mayor, las reinas de las fiestas gritan desde el balcón del ayuntamiento: Magdalena y el público responde desde abajo: Vítol!, dando por finalizadas las fiestas de ese año y comenzando los previos a las del año siguiente.
La semana magdalenera también es aprovechada para celebrar competiciones y demostraciones de los más variados deportes, como colombicultura, pelota valenciana, billar, frontenis, hípica, pesca o senderismo entre otros.
Desde ese momento ha habido muchos intentos por crear la llamada Gaiata 20 aunque ninguna ha llegado a prosperar; el intento más reciente lo realizó la asociación de vecinos del Raval Universitari que tenía todo listo para crearse en 2015 pero la Junta de Fiestas no la reconoció.
Las gaiatas hacen valer sus intereses como grupo con la llamada Comisión Gestora de Gaiatas, un órgano independiente que vela por la viabilidad de las diferentes asociaciones y su respeto a la fiesta tradicionalmente instituida.
Los 19 gaiatas en las que se divide la ciudad son las siguientes: Agrupación de personas las cuales festejan en una local alquilado o no.
En el año 1999 solo había 18 collas, a día de hoy hay unas 200.