Los fertilizantes de liberación lenta y controlada representan sólo el 0,15% (562.000 toneladas) del mercado (1995).
El azufre se utilizó como principal material de recubrimiento debido a su bajo coste y su valor como nutriente secundario.
Otro factor que favorece la CFR es la protección de los cultivos contra daños químicos (fitotoxicidad producida por quemaduras por fertilizantes).
Los CRF tienen el potencial de disminuir la contaminación nitrogenada, que conduce a la eutrofización.
[5] El fertilizante se administra ya sea cubriéndolo con tierra o mezclándolo con ella antes de sembrar.
Debido a que los fertilizantes de liberación controlada no son solubles en agua, sus nutrientes se dispersan en el suelo más lentamente.
La isobutilidendiurea ("IBDU") y la urea-formaldehído se convierten lentamente en el suelo en urea, que es rápidamente absorbida por las plantas.