Esta red pasó en 1997 a manos del sector privado, y desde 2004 el principal accionista es APCO.
Las primeras vías férreas en Chile fueron construidas a mediados del siglo XIX en el norte del país, la primera fue el Ferrocarril Caldera-Copiapó inaugurada en 1851.
[2] Luego de la guerra del Pacífico, los territorios, las salitreras y los ferrocarriles pasaron a ser de nacionalidad chilena.
[5] Sin embargo, justo durante esa época, comenzaba la explotación de cobre, lo que permitió la supervivencia y expansión de las vías férreas en el norte del país.
[6][7] Durante un gran periodo de tiempo, estas vías se hallaron sin una conexión central, hasta que en 1915 se construyó la línea Longitudinal Norte, generando una conexión total de todos estos ramales,[2][8] nacionalizando y anexándose a la Empresa de los Ferrocarriles del Estado en 1916.