El gobierno virreinal encontraba una utilidad estratégica en la clase aristócrata indígena leal a la corona, porque le facilitaba ejercer una autoridad más efectiva y legítima sobre la población.
"Alva Ixtlixóchitl procuró presentarse a sí mismo como el indígena leal y noble que el virrey necesitaba".
En este sitio fue educado en la lengua náhuatl y en el idioma castellano.
Su Relación histórica de la nación tulteca —llamada usualmente Relación— fue escrita entre 1600 y 1608.
El título original de la obra es desconocido, y este con el que se conoce le fue impuesto por Carlos de Sigüenza y Góngora cuando el manuscrito pasó a su poder.
Lorenzo Boturini, propietario del mismo texto unos años después, los llamó Historia general de la Nueva España.