Los albañiles lo llamaron granito de Felsberg, que ya no se extrae en la actualidad.
Como resultado de la deriva continental, los dos supercontinentes se movieron uno hacia el otro y formaron, con su unión, el continente único conocido como Pangea.
En ese momento, el área del actual Odenwald estaba, más o menos, al nivel de la línea ecuatorial.
Hubo que esperar hasta el Terciario para la ablación de varios kilómetros del espesor.
El proceso de desgaste fue el que le dio a los bloques su apariencia típica, en geología es conocida como caos.