Uno de los cuentistas latinoamericanos más originales, es reconocido por sus extraños relatos en los que individuos tranquilamente desquiciados inyectan sus obsesiones en la vida cotidiana.
A los nueve años comenzó sus estudios de piano que profundizaría más tarde con el profesor Clemente Colling, quien le enseñó composición y armonía.
Tres años más tarde, tomó clases de piano con Guillermo Kolischer, convirtiéndose en un buen instrumentista.
Tras la última etapa como músico itinerante, abandonó la carrera de pianista dedicándose exclusivamente a la literatura.
Especialista en el ámbito de la narrativa breve, sus obras han sido traducidas, tardíamente, a varios idiomas: alemán, francés, inglés, italiano, griego y portugués.
En un viaje a París intentó publicar, sin éxito, pese al apoyo generoso del escritor Jules Supervielle, de origen montevideano.
Italo Calvino, quien prologó la versión italiana de Nadie encendía las lámparas (Nessuno accendeva le lampade, Giulio Einaudi Editore, Turín, 1974), lo definió como "un escritor que no se parece a nadie: a ninguno de los europeos y a ninguno de los latinoamericanos, es un 'francotirador' que desafía toda clasificación y todo marco, pero se presenta como inconfundible al abrir sus páginas".
El Liceo Felisberto Hernández (popularmente conocido como «Ibito») es un instituto de educación secundaria ubicado en la calle María Orticochea 4236 en Montevideo, numerado 59 dentro del dominio público.