Durante su gobierno fue secuestrada y encarcelada, exiliándose luego en Buenos Aires.
[4][5] Su primera publicación data de 1929, participando en años posteriores en algunas publicaciones literarias importantes como Alfar y Cuadernos Julio Herrera y Reissig.
[4] Asistía regularmente a tertulias en el Café Sorocabana de Montevideo, junto a otros escritores y narradores de diversos géneros como Marosa di Giorgio, Rolando Faget, Miguel Ángel Campodónico, Wilfredo Penco, Leonardo Garet, Claudio Ross, Concepción Silva Belinzon, Ricardo Prieto y Alejandro Michelena, entre otros.
[7] El epistolario Felisberto Hernández y yo recoge la correspondencia de la relación sentimental que tuvo con el escritor Felisberto Hernández entre 1943 y 1947.
Bosque sin dueño es una reescritura del cuento Barbazul de Charles Perrault.