Felipe de Sabater

[3]​ Se distinguió después el Comandante Sabater en las acciones de Castelltersol, Anglés, Campdevánol (donde ganó la Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando), Viñolas, Montesquiu, San Felíu de Guixols, San Hilario Sacalm, Vidrá, Beuda, Olot y Viladrau.

[4]​ Después de la acción de Vich fue envenenado el Teniente Coronel Sabater, lo cual le tuvo enfermo tres meses.

[4]​ Durante el sitio de Olot el Teniente Coronel Sabater se vio obligado a luchar con amigos y adversarios políticos, puesto que habiendo emprendido el asedio con tres batallones, hubo ocasión en que le dejaron solo con dos o tres Compañías, y hasta llegó a darse el caso de retirarle un Batallón sin previo aviso, por lo cual, y en vista de la inutilidad de las reclamaciones y quejas que formuló, organizó el paisanaje del partido de Olot, formando con él Compañías sueltas de primera, segunda y tercera Reserva.

[4]​ Con estas Compañías, admirablemente secundado por el Teniente Coronel Jaime Casademunt, sostuvo Sabater el sitio y dio varias acciones a las columnas liberales que intentaron proteger a los sitiados, quienes, al fin, se rindieron después de la victoria carlista de la sierra de Toix.

Formó, después, parte de la División que operó a las órdenes del General Lizárraga, hasta que se disolvieron las fuerzas carlistas de Navarra, Guipúzcoa, Vizcaya y Álava.

[8]​ En el año 1888 tuvo un desencuentro con Luis María de Llauder, director de El Correo Catalán, que se negó a insertar en su diario una nota suya que incluía una carta del marqués de Valde-Espina y en la que Sabater prohibía a los subdelegados, comisionados, etc., hacer manifestaciones públicas en la prensa sin previa autorización por su parte.

[9]​ En julio tuvo que hacer frente a la rebelión nocedalista y desautorizó a algunos periódicos tradicionalistas que no seguían la política de Don Carlos, como el Diario de Lérida, a cuyos redactores tachó de liberales.

En 1905 fue elegido Presidente del Círculo Tradicionalista de Madrid y al año siguiente volvió a fijar su residencia en Barcelona.

Felipe de Sabater (sentado a la derecha) junto a Francisco Savalls y el resto de sus oficiales.