Giuseppe Cocconi y Edwin Ernest Salpeter (1958) habían teorizado que la inercia depende las masas que la rodean según el principio de Mach.
Argumentos heurísiticos les llevaron a creer que cualquier anisotropía inercial, si existiese, estaría dominada por las contribuciones de masa del centro de nuestra galaxia Vía Láctea.
Argumentaron que esta anisotropía podría observarse de dos maneras: midiendo la división Zeeman en un átomo,[1] o en el estado nuclear excitado del 57Fe usando el efecto Mössbauer.
Las funciones de onda nucleares para los distintos niveles de energía tienen diferentes distribuciones espaciales en relación con el campo magnético, y por tanto tienen diferentes propiedades direccionales.
En lo que respecta a las consecuencias del nulo resultado para el principio de Mach, Robert H. Dicke (1961) demostró que esto está de acuerdo con el principio, siempre y cuando la anisotropía espacial sea la misma para todas las partículas.
Por tanto el resultado nulo está más bien mostrando que los efectos de la anisotropía inercial son, si existen, universales para todas las partículas y localmente inobservables.
Usando sistemas de espín polarizado y comagnetómetros, para suprimir influencias magnéticas, se han incrementado enormemente la precisión y la sensibilidad de estos experimentos.
Dado que en estos experimentos se han probado una serie de coeficientes, solo se da el valor de mayor sensibilidad (para datos más precisos, véanse los artículos individuales):[A 3][A 8][A 4]