Exilliteratur

A Francia huyeron intelectuales como la autora alemana judía Anna Seghers, Bodo Uhse (quien había colaborado con las Brigadas Internacionales en la guerra civil española), Franz Werfel o Arnold Zweig.

Austria se constituyó en un país de paso o refugio temporal, pues contaba con un gobierno filofascista (austrofascismo).

Por ejemplo Elias Canetti o Hermann Broch ―quien fue apresado, pero un movimiento solidario internacional, incluyendo a James Joyce, consiguió presionar hasta lograr su liberación―.

Permaneció neutral durante Segunda Guerra Mundial, pero a cambio tuvo que mantener buenas relaciones con Alemania.

Muchos exiliados llegaron con las Brigadas Internacionales para poder luchar activamente contra lo que veían un enemigo común.

Alemanes e italianos podían, además, luchar contra aquellos que los habían obligado a abandonar sus países, pues tanto Hitler como Mussolini enviaban armas y personal militar para apoyar al ejército de Francisco Franco.

Lucharon o colaboraron con la Segunda República Española autores como Ludwig Renn (quién comandó la sección alemana, pues tenía experiencia de la Primera Guerra Mundial), Bodo Uhse, Gustav Regler (quien fue herido en la Batalla de Guadalajara) o Alfred Kantorowicz.

Por ejemplo, Erika y Klaus Mann, quienes hicieron en 1938 un reportaje para la prensa francesa; Egon Erwin Kisch, quien hizo un reportaje sobre el desalojo de los cuadros del Museo del Prado para protegerlos durante el asedio a Madrid; Maria Osten, que hizo un reportaje para la revista El Mono Azul dirigida por Rafael Alberti, sobre la vida cotidiana en Madrid, o Ernst Toller, pacifista que llevó a cabo una labor práctica a favor de los niños.

En principio, la Blitzkrieg alemana parece imparable, y solo el Reino Unido queda para hacer frente a la maquinaria bélica nazi (cf.

Por ejemplo, colaboraron con esta revista, si bien físicamente no estuvieron en Moscú, autores como Bertolt Brecht, Lion Feuchtwanger y Willi Bredel.

Este hecho se tradujo, en el ámbito intelectual, en la prohibición de cualquier actitud antifascista, la cual no volverá sino hasta 1941 (cf.

En algunos casos muy concretos, se produjo la deportación de algún intelectual alemán a las autoridades nazis, o su encarcelamiento en Siberia.

Algunos ejemplos son los de Albert Einstein, Marlene Dietrich, Vicki Baum, Fritz Lang, Bertolt Brecht o Thomas Mann.

Notorias fueron dos revistas publicadas por exiliados: Das andere Deutschland (La otra Alemania) en Buenos Aires, y Deutsche Blätter (Páginas alemanas) en Santiago de Chile.

Aunque algunos autores como Bertolt Brecht, de ideología marxista, consideraban el fascismo como un estadio más en la evolución del capitalismo y quizás no se vieron tan afectados al ver la decadencia moral en Alemania; en general toda la literatura se centró en estos acontecimientos.

El objetivo de este congreso, la actividad en contra del fascismo, tiene una significación especial para los exiliados alemanes: en España se podía llevar a cabo una lucha que no era posible en Alemania.

Autores como Bertolt Brecht o Anna Seghers entonces critican el dogmatismo soviético y reclaman la importancia de la vivencia individual del artista.

La novela es el género preferido por los autores en exilio, pues es fácil de traducir y puede llegar a más gente.

En esta novela histórica, Bertolt Brecht critica la, para él, supuesta objetividad del estudio de la Historia.

También aprovecha para atacar la figura del líder (Führer), al usar personajes con visiones subjetivas entrevistados por un historiador 20 años después de su muerto, descubrir que Julio César no era un hombre tan grande como se le tiene.

Esta obra, de carácter novela histórica escrita en dos partes, trata del rey francés Enrique IV (1553-1610).

Heinrich Mann hace hablar al rey muerto, explicando, con alusión a la Alemania nazi, que la tolerancia solo puede conseguirse manteniendo la lucha por ella.

A raíz de esto, su negocio es boicoteado por la gente, pues no compran, y el carnicero termina suicidándose.

En los países de acogida de los intelectuales exiliados no se hablaba alemán, y el teatro tenía que ser traducido y sobre todo en Estados Unidos, ser adaptado a un modelo más naturalista, pues al público estadounidense, más tradicional, no le gustaba el teatro de vanguardias (sobre todo el expresionista) que se había desarrollado en Alemania y Europa.

No obstante, Celan trata el tema del Holocausto con un sentimiento extraordinario en Todesfuge [1] (Fuga de la muerte), su poema más emblemático.

Continua de manera trágica: Ein Mann wohnt im Haus [...] er pfeift seine Juden hervor läßt schaufeln ein Brab in der Erde (Un hombre vive en la casa [...] silba a sus judíos adelante para que caven una tumba en la tierra).

La mayoría de autores marxistas decidieron volver: Anna Seghers, Arnold Zweig, Friedrich Wolf o Willi Bredel, entre otros.

Todos estos intelectuales marxistas tuvieron bastante protagonismo en la RDA, integrando el nuevo núcleo cultural de este Estado.

Los autores exiliados en Estados Unidos, sobre todo los que no eran de ideología marxista se vieron ante la disyuntiva del regreso.

La literatura del exilio no recibió tanta marginación, y autores como Anna Seghers fueron personajes importantes de la vida cultural.

Europa a principios de 1941.
Operaciones militares alemanas en 1940.
Firma del Pacto Molotov-Ribbentrop.
Los escritores alemanes no se adaptaron al cine comercial de Hollywood.
El Fausto de Goethe es quizás el más conocido de este personaje recurrente en la literatura alemana. Para Thomas Mann, Alemania culturalmente vendió su alma a la irracionalidad y brutalidad nazi.
El chileno Pablo Neruda se solidarizó con la República y colaboró en la celebración del II Congreso Internacional de Escritores.
Una de las obras más importantes de la novela histórica durante el exilio fue Henri IV de Heinrich Mann .
Artículos antisemitas de un periódico estadounidense; Feuchtwanger trata el tema del antisemitismo en muchas sociedades, cuando se suponía que los judíos debían ser patriotas en esos mismos países; el autor alemán propone trascender las fronteras y ser un ciudadano del mundo .
Brecht denuncia la responsabilidad que el científico debe tener sobre sus investigaciones, a raíz del bombardeo de Hiroshima y Nagasaki .
Para Brecht, en la sociedad capitalista solo cabe explotar o ser explotado.
La Naturaleza es el tema principal de los autores que permanecieron en Alemania.
El senador Joseph McCarthy fue el responsable de la Caza de Brujas contra toda persona sospechosa de tener ideología marxista . Esto hizo que decenas de intelectuales se vieran forzados a abandonar Estados Unidos.