[1][2] Segundo hijo[3] del también escritor alemán Thomas Mann[4] y su esposa Katia Pringsheim,[3] mantuvo una auténtica pasión literaria desde niño que abarcó todos los géneros: poesía, obras de teatro, narrativa y artículos.
Ese permanente desarraigo e inconformismo ante el inaceptable caos moral provocado por la Segunda Guerra Mundial recorre su originalísima obra, redescubierta en su conjunto bastante después de su suicidio.
Si por nacimiento accede a los privilegios que le proporciona la vasta cultura familiar, ya que los Mann eran una acaudalada familia luterana, su comportamiento desinhibido tentado siempre por toda clase de experimentos le causa no pocos problemas en su juventud, cosechando críticas que a veces van dirigidas a su encumbrado progenitor.
Por la casa de los Mann desfilan celebridades como Bruno Walter, Hugo von Hofmannsthal o Jakob Wassermann, pero ello no es óbice para que el joven Klaus conozca todos los teatros y cabarets donde representa junto a su hermana Erika Mann, su inseparable, su amiga Pamela Wedekind y su amante, el célebre actor Gustaf Gründgens, alguna de sus piezas teatrales.
O lo que es su ineludible consecuencia, la derrota de la cultura obligadamente enfrentada a la sinrazón, el caos.
Autor consecuente con su ideario participa como corresponsal en la guerra civil española, forma parte del Frente Antifascista con intelectuales de relieve, se entrevista con políticos, banqueros y artistas norteamericanos, e incluso consigue ser admitido como soldado del ejército estadounidense (1941) y muy pronto se hace redactor de su revista Stars and Stripes tras sufrir una investigación a cargo del FBI por ser sospechoso de ideología comunista, además de ser abiertamente homosexual.
Noticias que afectan a su vida íntima, retratos de políticos, comentarios ante artistas que desaparecen, componen un fresco social brillante a partir de su propia biografía.
Entre el desaliento y la esperanza participa en foros intelectuales tratando de fundamentar las bases del futuro de Europa, pero la fragmentación ideológica le impide llegar a ningún acuerdo común que evite la confrontación entre los bloques surgidos.
Klaus Mann figura a la cabeza de los autores europeos que integran la literatura del exilio.