Mientras que en las iglesias orientales alcanzó gran difusión durante los primeros siglos del cristianismo, su auge en Occidente llegó solo con el cabalista francés Guillaume Postel (1510-1581), quien lo tradujo al latín y lo publicó en 1552.El término «protoevangelio» fue utilizado por primera vez por Guillaume Postel en 1552 al considerarlo un prólogo del evangelio de Marcos.Una antigua tradición afirmaba que dicho autor era Santiago el «hermano» de Jesús, pero esta hipótesis no tiene hoy día ningún crédito.Además, existen traducciones al siríaco, etiópico, copto, georgiano, eslavo antiguo, armenio, árabe, irlandés y latín.[3] A mediados del siglo XIX, el texto actual fue definitivamente fijado por el teólogo alemán Konstantin von Tischendorf (1815-1874), quien utilizó 18 manuscritos diferentes, además de testimonios indirectos.Sus padres, Ana y Joaquín ya eran ancianos cuando Dios les concedió tener descendencia.En los capítulos XV y XVI José es acusado por el escriba Anás de haber violado a María, y tanto José como María deben someterse a una prueba para demostrar su inocencia.Para ello relata que Salomé ―un personaje que aparece también en el Evangelio de Marcos, citada entre los asistentes a la crucifixión― comprueba empíricamente tras el parto la virginidad de María (capítulo 20).La redacción de este evangelio tiene sin duda relación con los inicios del culto mariano.
Teodoro Bibliander
, colaborador en las impresiones del Protoevangelio durante el siglo
XVI
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