Con su Linguarum Duodecim Characteribus Differentium Alphabetum Introductio (Una introducción a los caracteres alfabéticos de doce lenguas diferentes), publicado en 1538, inició sus indagaciones lingüísticas.
Luego destacó como hebraísta cristiano, difusor de textos científicos (astronómicos, concretamente) y cabalísticos.
Postel sabía árabe, hebreo, siríaco y otras lenguas semíticas, pero asimismo conocía las lenguas clásicas (griego y latín), lo que le permitió sus vastas indagaciones textuales.
Pero asimismo, Postel atrajo la atención de la corte, que reclamó su colaboración en la diplomacia francesa.
Francisco I le encargó misiones específicas de intercambio con el imperio otomano.