Además, sus hermanos también llegaron a ser personajes ilustres, siendo estos Anselmo Bardají Azara y Dionisio Bardají y Azara.
Al terminar los mismos estuvo destinado como diplomático en la misma Bolonia, y con posterioridad en París, con su tío el embajador Azara, donde apoyó activamente al papa Pío VII, cautivo de Napoleón en Fontainebleau.
Contó para esta labor con el apoyo del cardenal Lorenzana.
[3] Con Fernando VII en el trono regresó a la carrera diplomática, encabezando las misiones de Turín y, brevemente, París.
Al restaurarse el absolutismo, fue desterrado a Huete (Cuenca).