En la actualidad han sido derruidos y sustituidos por un complejo de viviendas.
Empezaron a construirse en 1935 bajo la dirección del arquitecto racionalista Rafael Bergamín y la guerra obligó a suspender las obras,[1] finalmente fueron inaugurados seis años después, llegando a tener en su período de máxima actividad 225 empleados.
[3] Produjeron Marcelino, pan y vino, ganadora del Oso de Plata en la Berlinale, y en sus cinco platós se grabaría Muerte de un ciclista,[2] La aldea maldita, Fortunato, Goyescas, El abanderado, Feliz el fracasar, Campeones, Éramos siete a la mesa, La rueda de la vida, Te quiero para mí y La pródiga.
[6] Pertenecieron a José Luis Navasqüés, abuelo materno de José Luis Martínez -Almeida, hasta 1959,[7][8][9] cuando los compró Samuel Bronston por 80 millones de pesetas,[10] pasando a llamarse Estudios Bronston.
[11] Se demolierion en 2015, dando lugar a una promoción de viviendas.