Su tío, el Dr. Luis Correch, la apoyó para que continuara los estudios e ingresara a la universidad.
Eran frecuentes las tertulias en las que participaban Paco Espínola, Adolfo Pastor, Carmelo de Arzadun, Amalia Nieto y Felisberto Hernández, entre otros.
Debatían temas de vanguardia, arte, literatura, filosofía, política y religión.
[7] En su círculo de amistades confluyeron personalidades como Rafael Dieste, Carlos Vaz Ferreira, Jules Supervielle, Susana Soca, Juan Parra del Riego, Giselda Zani, Enrique Casaravilla Lemos y Joaquín Torres García.
Fue profesora de Literatura en Secundaria y en el Instituto Normal, sin abandonar su carrera médica ni su labor literaria.
Si bien durante su juventud su pensamiento era próximo al anarquismo y tuvo participación en el Partido Socialista, al conocer el humanismo cristiano de Jacques Maritain encontró el sentido que unía su fe religiosa, su filosofía y sus ideas políticas.
Conoció a Maritain en Francia, divulgó intensamente sus ideas en Uruguay y comenzó la militancia en la Unión Cívica, partido antecesor del Demócrata Cristiano.