El esgrafiado segoviano es una técnica ornamental arquitectónica característica de la ciudad de Segovia y su provincia desde tiempo inmemorial, reconocida por su detallado método artesanal y su aplicación tanto en fachadas exteriores como en interiores.
[1][2][3] El esgrafiado, cuyo nombre proviene del término italiano sgraffiare, que significa rascar o incidir, es una técnica que ha sido utilizada a lo largo de la historia en diferentes culturas.
Una vez secada la primera capa, se superpone la segunda.
El maestro esgrafiador, utilizando plantillas de madera, metal o cartón, raspa la capa superior para revelar la capa inferior, creando así diseños geométricos y simétricos.
Es por ello que recorriendo calles como Muerte y Vida, San Francisco, las céntricas Calle Real, la Plaza de San Martín o la Avenida del Acueducto, observaremos numerosos ejemplos del Esgrafiado Segoviano que datan aproximadamente del siglo XIX.