Por su tratamiento de la luz esta escuela fue englobada dentro del luminismo, un estilo pictórico que se dio desde mediados del siglo XIX y hasta prácticamente la transición con el xx, que ponía un especial énfasis en la representación de la luz, con diversas escuelas nacionales en Estados Unidos (luminismo americano) y varios países europeos como Bélgica (luminismo belga), Países Bajos y Alemania.[4] Allí entabló relaciones con Joan Soler i Casanovas, un artista local, y con su discípulo Joaquim de Miró.Frente a ello, su nueva fuente de inspiración sería el paisaje, con predilección por las escenas costeras del mar Mediterráneo que bañaba su localidad natal y una especial sensibilidad hacia los efectos lumínicos y atmosféricos, en consonancia con otras corrientes europeas del momento.Barcelonense de nacimiento, su boda con la sitgetana Eulàlia Carreras en 1883 le vinculó aún más a Sitges.[5] Poco a poco se fueron incorporando otros pintores, como Joan Batlle i Amell y Antoni Almirall, por lo que en los años 1880 floreció en Sitges una nutrida colonia de artistas —otros nombres vinculados a la misma en mayor o menor medida serían Josep Boniquet, Antoni Catasús, Felip Masó, Josep Mirabent, Joan Roig i Bofill, Modest Teixidor y Pere Vidal—.Todo ello unido a la vibrante luz y la atmósfera del Mediterráneo, con unas condiciones climáticas ideales para la pintura al aire libre.[9] Sus obras requerían tanto un instinto innato para captar al momento las sutilezas del ambiente que les envolvía como una gran precisión técnica para trasladar sus impresiones al lienzo, siempre bajo la famosa premisa cézanniana de que «pintar directamente la naturaleza no es copiar el objetivo sino pintar sensaciones».[9] Los luministas sitgetanos se dieron a conocer por primera vez al público en la Exposición Regional de Villanueva y Geltrú de 1882, en la que por primera vez se consideró al grupo como una escuela pictórica.También se preocuparon por los cambios en el entorno que ofrecían los nuevos adelantos tecnológicos, como la llegada del ferrocarril.[10] Su paleta luminosa y diáfana hizo que en numerosas ocasiones se les relacionase con el impresionismo.