Raimon Casellas

Cuando murió su madre y su abuelo materno (1872), Raimon Casellas, con diecisiete años, quedó heredero único y abandonó los estudios haciéndose cargo del negocio familiar, una tintorería.

Esta visita supuso su descubrimiento de las tendencias del arte moderno.

Este es un hecho significativo ya que sitúa ideológicamente a Casellas al lado del catalanismo regenerador y pone a su disposición las páginas de un diario catalán que le permite publicar cuentos con regularidad.

Hasta su muerte, Casellas fue redactor jefe en La Veu, a la vez que continuó escribiendo relatos que llegaron en los volúmenes Les multituds (Las multitudes) en 1906 y Llibre d'histories (Libro de historias) en 1909.

Pese a salir ileso del accidente, los nervios de Casellas quedaron resentidos.

[3]​ Buena parte de los artículos sobre estética y críticas de arte que Casellas había publicado en La Vanguardia fueron recogidos póstumamente en dos volúmenes: Etapes estétiques (1916 y 1918).

Caricaturizado en La Esquella de la Torratxa (1902)
Els sots feréstechs (1901)